jueves, 23 de mayo de 2013

Rivas Lab nos hace felices.

Quiero contar mi experiencia de innovación en el sector público. Trabajo en un Living Lab Social llamado Rivas Lab, un espacio relacional para conectarse con otras personas y conectar tus ideas...

Creo que esta experiencia merece la pena ser contada porque estoy convencida de que contribuye a hacer de Rivas una ciudad más inteligente. 

Pero sobre todo porque a todos/as aquéllos/as que tenemos deseos de mejorar, de cambiar y, claro está, de progresar, Rivas Lab nos hace felices.



Rivas Lab es un proyecto del Ayuntamiento de Rivas- Vaciamadrid que nace en el mes de febrero de este año para seguir el curso del camino iniciado por el Sabio bus. Está localizado en la 2ª Planta del Centro Comercial H2Ocio, en el barrio de Rivas Futura.

Los martes me reúno con dos grupos de personas (30-40), procedentes de sectores tan diversos como la arquitectura, la arqueología, el diseño, la fotografía, la educación, el coaching, las industrias creativas, el turismo, la belleza o los eventos, etc. 
Estas sesiones están orientadas a la mejora de la empleabilidad de las personas y a la promoción del emprendimiento. Y cada martes, como ya he escrito en otras entradas, suceden cosas y tengo la sensación de que algo crece. Crecen las conexiones porque gente nueva se suma. Crecen las sinergias entre los/as labers. Crece la ilusión al ver que se producen cambios y que las personas progresan; crece la motivación y yo diría que también crece la autoestima porque, sobre todo, crece la confianza: en el grupo y en uno mismo. Y esta confianza empodera.

En una ciudad concurren cientos de iniciativas que sin embargo no están interrelacionadas entre sí y un Lab como Rivas Lab tiene la vocación de ser catalizador de todas esas iniciativas y generar valor para la ciudad en forma de proyectos emprendedores, en forma de empleo o en forma de empoderamiento. 

Por eso me gusta tanto este proyecto. Porque creo que lo que necesitan las personas que buscan empleo o que pretenden crear su trabajo a través del autoempleo no es que les "asistan". La asistencia es prestar socorro, auxilio a otro/a. La relación entre el que da y el que recibe no es de paridad y, en el fondo, el que da no "confía" en las posibilidades del otro. Me gusta más la cooperación. La existencia de objetivos compartidos. Cuando "miras" de verdad al otro, cuando de verdad confías en él, cuando crees que su mejor versión está aún por llegar, cuando reconoces su talento..., entonces ya le estás ayudando a crecer y brindándole posibilidades...



Al principio, uno de los grupos estaba orientado a las personas que buscan empleo y el otro a las mujeres emprendedoras (Rivas Netwoman). Hoy esta frontera está casi desdibujada; precisamente porque se están generando cambios y sinergias entre los/as labers y cada cual escribe y reescribe su propuesta de valor y desde que se iniciara el proyecto, muchos objetivos ha ido mudando. Y de 10:00 hasta las 14:30 o hasta las 15:00 o las 16:00 horas¡¡!!- que las horas se consumen muy rápido- las conversaciones se van enredando... Y el pasado martes ya no hubo más primer o segundo grupo y los hombres tomaron el grupo de las Netwoman...

Cómo trabajo en el Lab. Trabajo con tecnologías sociales y colaborativas para identificar y capitalizar el talento, para construir redes de personas (networking) y para tejer sinergias entre unos y otros que les permitan encontrar empleo y/o la creación de proyectos. 
Existe una "Agenda del Cambio" en la que cada persona señala el objetivo que le ha llevado a Rivas Lab (empleo, autoempleo, orientación, motivación...), así como los objetivos que se plantea hasta el 20 de junio
(fecha en la que hemos convenido en realizar una evaluación colectiva y una presentación de los proyectos en la #FeriaIdeasRivas). 
Otro aspecto clave de esta "Agenda" es establecer el talento que ofrece cada miembro del grupo y el que le que demanda al resto. Esta información la hemos representado, de modo simbólico, en una "mapa del talento" que puede verse desde fuera por la gente que pasea por el centro comercial y en una lluvia de "bombillas" que nos "iluminan" en cada jornada. 

Finalmente, junto a la "Agenda del Cambio" está la "Agenda de Exposiciones y Píldoras". En esta Agenda los/as labers anotan en qué sesión van a exponer su modelo de negocio,  a través del "canvas" y si desean impartir al grupo píldoras formativas (su talento).

En el siguiente post os daré una descripción más detallada y monográfica de los proyectos que están surgiendo y os invitaré a participar en la #FeriaIdeasRivas (quedaos con este hashtag). 

El martes 28 de mayo nos vemos en el Lab, ¿te lo vas a perder?


Vera Moreno, Artista. Recital en el Lab. 








domingo, 19 de mayo de 2013

A mí me gustaría que Rivas fuera un MOOC.

Se habla mucho hoy de "Smart cities", las ciudades inteligentes. Hace cuatro días, en un post de Soraya Panigua pude leer: "tras ocho años y ocho millones de euros de inversión, Rivas se sitúa a la vanguardia de las ciudades inteligentes", como si la mera introducción de tecnología hiciera las ciudades más "inteligentes". 

¿Qué convierte, entonces, a las ciudades en "Smart cities", ciudades inteligentes?. 

Esteban de Manuel Jerez, Arquitecto y Profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla, describe los pueblos blancos de Andalucía como un ejemplo "low-tech" de ciudad inteligente, por su adaptación a las condiciones climáticas, por su eficiencia en el uso de los recursos, incluso por su belleza plástica...

También hay un referencia a este tándem "ciudad inteligente" y tecnología, en la entrevista de Borja Bergareche a Saskia Sassen, socióloga de la Universidad de Columbia y una autoridad en el estudio de la globalización y el fenómeno urbano. Para Sassen, galardonada, precisamente este 15 de mayo con el Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, la genuina inteligencia de las ciudades no pasa por la introducción de muchas tecnologías: "para que la tecnologías disponibles realmente alimenten las ciudades, la tecnología debe reflejar el conocimiento de los habitantes de la ciudad".

Cada uno de nosotros disponemos de un talento y de un conocimiento propios, de una inteligencia individual. Todo ese conocimiento está en la raíz de una inteligencia colectiva que no constituye una simple suma, sin embargo, de las individuales. A  mi juicio, la inteligencia colectiva de la ciudad, su capital social, será fruto, entre otros factores, del grado de colaboración y de la calidad de la convivencia de sus ciudadanos/as, que dependerá, a su vez, por ejemplo, del mayor o menor equilibrio entre ciudadanos/as, empresas e instituciones o de la mayor o menor integración de su conocimiento y experiencia en la construcción del  modelo de ciudad...

De cómo las ciudades ejerciten esa inteligencia colectiva, de su capacidad para crear capital social, capital comunitario se podrá hablar de ciudades de inteligentes o no. Para Esteban de Manuel este ejercicio de la inteligencia colectiva tiene un contenido ético y político y constituye un proceso más social, cultural, político que tecnológico. 

Ejercitar la inteligencia colectiva estaría vinculado, así, a la presencia de una ciudadanía activa, a la reivindicación y la recuperación de lo público y de espacios relacionales de calidad donde sea posible una participación ciudadana realmente transformadora. 

El gran filósofo de la inteligencia, el escritor José Antonio Marina, también ha aplicado su concepto de la inteligencia a las ciudades que serán inteligentes en la medida en que favorezcan la consecución de los grandes deseos del ser humano (el de la supervivencia, el del disfrute, el de la vinculación social y el de la ampliación de las posibilidades vitales, -sobre este tema escribí en otro post-) y posean un alto capital social y comunitario. 

Para mí, una ciudad será inteligente cuando procure un cierto grado de confort y bienestar para sus ciudadanos/as (para satisfacer ese inefable deseo de seguridad), pero que al mismo tiempo también les espolee y promueva su desarrollo personal y comunitario, impulse la iniciativa y la innovación. Una ciudad inteligente será capaz de crear un entorno inspirador, estimulante y generador de valor para sus ciudadanos/as incluidos/as sus empleados/as públicos. Yo lo soy. 

Relacionado con todo esto, finalmente, pienso que, junto a la capacidad de crear capital comunitario y de tejer una red de conexiones ciudadanas que sobrevivan a la pura lógica del mercado, el aspecto más importante de la inteligencia de la ciudad tiene que ver con la confianza. La confianza en la ciudadanía para resolver sus problemas. La confianza en el talento ciudadano y en la promoción de su co-responsabilidad en la búsqueda de soluciones pacíficas y creativas a sus problemas. Sin esa "confianza" creo que nos encontraríamos con un ejercicio pasivo y mediocre de la ciudadanía. Esa confianza es una conquista de la "inteligencia colectiva" porque, en verdad, que gran parte del aparato administrativo está basado en la desconfianza, en una especie de "guerra preventiva" contra el/la ciudadano/a...

En su maravilloso blog sobre innovación social, Guadalupe de la Mata señala que "la Innovación social es un concepto en construcción, que engloba iniciativas que buscan nuevas formas de satisfacer las necesidades sociales que no están adecuadamente cubiertas por el mercado o el sector público o de producir los cambios de comportamiento necesarios para resolver los grandes retos de la sociedad". 

Una ciudad que promueve la innovación social e impulsa la inteligencia colectiva es una ciudad inteligente. Más aún, una ciudad viva y también más "humana".

A mí gustaría que Rivas fuera un MOOC
Los MOOC son los cursos online, masivos y abiertos (Massive Online Open Courses). En este tipo de formación abierta, una tendencia imparable en el terreno del  e-learning, la creación del conocimiento se basa en el establecimiento de conexiones, configurándose así las plataformas como entornos de aprendizaje abiertos con la posibilidad de que cientos, o miles de personas puedan acceder a la formación. 

Se me antoja un proceso parecido en las ciudades inteligentes,  que se sirven de la tecnología, no como un fin en sí mismo, sino para abrirse al mundo, para conectarse y conectar a los/as ciudadanos/as, para crear conocimiento y posibilidades. 



Experiencia de inteligencia colectiva. Mira este vídeo del encuentro entre estudiantes del Instituto Julio Pérez de Rivas y un grupo de empresarios/as de Rivas: RIng., Rivas Networking. 


Una web muy interesante sobre los MOOC